Oración para el jueves 8 de noviembre.
Amado Dios, la oscuridad de la noche poco a poco ha ido cesando, los
primeros rayos del sol han empezado a iluminar esta mañana y el mundo se
prepara para vivir un día más con la fe, la certeza y la alegría que solo se
encuentra en tu sublime compañía.
Padre celestial, gracias por haber cuidado de mi vida, de mi
hogar y de mi familia en la noche que ya pasó, gracias por tu amor, por tu
bondad, por todas las cosas maravillosas que nos das sin límite ni reserva,
pero ante todo, gracias porque sé que Tú velarás por nosotros en esta nueva
jornada.
Hoy elevo esta oración hasta Ti para poner en tus manos nuestras batallas y nuestros anhelos. Por favor mira nuestros corazones y nuestras necesidades, danos tu abrazo para superar toda tristeza y ayúdanos alcanzar aquellas gracias que tanto estamos precisando.
Por favor cúbrenos con tu manto milagroso, no nos dejes caer en la tentación ni en la tristeza, permite que nuestra fe en Ti se haga más grande en cada nuevo día y ayúdanos a ser un humilde instrumento de tu obra.
Por favor mantente siempre a nuestro lado, ayúdanos a avanzar por buen camino y líbranos de todo mal, de todo peligro, del enemigo malvado y de aquellas personas que con sus acciones o sus pensamientos nos quieren hacer daño.
De mi parte, te ofrezco vivir este día de la mejor manera posible con un alma noble y bondadosa, pues sé que la mejor manera de honrarte es obrando de acuerdo a lo que Tú esperas de mí.
Amado Dios, tu sublime presencia es la que ilumina todos mis días, tu compañía me guía por caminos buenos y tu bondad llena mis jornadas de éxito, prosperidad y alegría; por todo te doy gracias y te pido siempre tu bendición, Amén.
Hoy elevo esta oración hasta Ti para poner en tus manos nuestras batallas y nuestros anhelos. Por favor mira nuestros corazones y nuestras necesidades, danos tu abrazo para superar toda tristeza y ayúdanos alcanzar aquellas gracias que tanto estamos precisando.
Por favor cúbrenos con tu manto milagroso, no nos dejes caer en la tentación ni en la tristeza, permite que nuestra fe en Ti se haga más grande en cada nuevo día y ayúdanos a ser un humilde instrumento de tu obra.
Por favor mantente siempre a nuestro lado, ayúdanos a avanzar por buen camino y líbranos de todo mal, de todo peligro, del enemigo malvado y de aquellas personas que con sus acciones o sus pensamientos nos quieren hacer daño.
De mi parte, te ofrezco vivir este día de la mejor manera posible con un alma noble y bondadosa, pues sé que la mejor manera de honrarte es obrando de acuerdo a lo que Tú esperas de mí.
Amado Dios, tu sublime presencia es la que ilumina todos mis días, tu compañía me guía por caminos buenos y tu bondad llena mis jornadas de éxito, prosperidad y alegría; por todo te doy gracias y te pido siempre tu bendición, Amén.
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