UN MINUTO CON DIOS...
Amado Dios, quiero hacer una pausa en
los afanes y los compromisos del día a día para elevar una oración de esperanza
y gratitud. Hoy te doy gracias por el maravilloso regalo de la vida, por tu
inmenso amor, por cada una de tus obras y por ser tan bueno y bondadoso.
Mi vida es una suma de hermosas bendiciones y es por eso que hoy elevo esta oración para darte gracias porque me diste un hogar, una gran familia, nos das el pan de cada día y cada día nos das tu guía, tu sabiduría y tu protección.
¿Qué sería de mi vida si no te tuviera a mi lado? Gracias Señor por el aire que respiro, por los latidos de mi corazón, por los primeros rayos de sol de la mañana y por las estrellas que resplandecen en la noche.
Gracias también te doy Señor por las necesidades y los tiempos difíciles, pues más que adversidades son circunstancias que me ayudan a crecer y ser más fuerte. Gracias porque Tú siempre me das la fuerza que necesito para salir adelante y gracias por la hermosa promesa de que después de la tormenta siempre ha de llegar la calma.
Padre celestial, te pido que seas Tú orientándome en cada día de mi vida, permitiéndome tomar buenas decisiones, acompañándome en mis actividades y ayudándome a cuidar los campos donde cultivo la que será la cosecha de los días que están por venir.
Amado Dios, es en Ti donde están mi calma, mi felicidad y mi libertad. Eres el agua de vida que me refresca cuando tengo sed, eres el bálsamo que cura los dolores del cuerpo y del alma y eres mi mejor amigo y compañía incondicional.
Gracias por tu amor que no conoce limite, y gracias porque sé que Tú estarás siempre a mi lado fortaleciéndome y colmando mi vida y la vida de mi familia con hermosas bendiciones, dicha y prosperidad, Amén.
Mi vida es una suma de hermosas bendiciones y es por eso que hoy elevo esta oración para darte gracias porque me diste un hogar, una gran familia, nos das el pan de cada día y cada día nos das tu guía, tu sabiduría y tu protección.
¿Qué sería de mi vida si no te tuviera a mi lado? Gracias Señor por el aire que respiro, por los latidos de mi corazón, por los primeros rayos de sol de la mañana y por las estrellas que resplandecen en la noche.
Gracias también te doy Señor por las necesidades y los tiempos difíciles, pues más que adversidades son circunstancias que me ayudan a crecer y ser más fuerte. Gracias porque Tú siempre me das la fuerza que necesito para salir adelante y gracias por la hermosa promesa de que después de la tormenta siempre ha de llegar la calma.
Padre celestial, te pido que seas Tú orientándome en cada día de mi vida, permitiéndome tomar buenas decisiones, acompañándome en mis actividades y ayudándome a cuidar los campos donde cultivo la que será la cosecha de los días que están por venir.
Amado Dios, es en Ti donde están mi calma, mi felicidad y mi libertad. Eres el agua de vida que me refresca cuando tengo sed, eres el bálsamo que cura los dolores del cuerpo y del alma y eres mi mejor amigo y compañía incondicional.
Gracias por tu amor que no conoce limite, y gracias porque sé que Tú estarás siempre a mi lado fortaleciéndome y colmando mi vida y la vida de mi familia con hermosas bendiciones, dicha y prosperidad, Amén.
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