Amado Dios, hoy me presento ante ti con humildad pero con la inmensa necesidad de que me llenes de tu fuerza, de tu paz y de tu amor. Algunas veces en la vida se presentan situaciones que ponen a prueba nuestra fe, nuestra valentía y nuestras ganas de salir adelante, y por eso hoy, amado padre celestial, elevo esta oración ante ti con un pedido muy especial: por favor permíteme mantener la calma, aun en las adversidades, para poder salir victorioso de cualquier prueba. Señor, por favor llena mi vida de serenidad. Permíteme comprender y aceptar que existen situaciones que no puedo cambiar, pero que cada día, sin importar las circunstancias, puedo emprender acciones para construir un mejor mañana, lleno de dicha y prosperidad. Concédeme la alegría de vivir un día a la vez, plenamente conectado contigo y con mi presente, aceptando las adversidades como un camino para convertirme en mejor persona, una más bondadosa, humilde y resiliente. Por favor, ayúdame a desprende...