Plantar la orquídea en una maceta




Selecciona una especie de orquídea. Algunas orquídeas son más fáciles de cultivar que otras. La Cattleya, la Phalaenopsis y la Paphiopedilum están entre las orquídeas más sencillas de cultivar y son recomendables tanto para la mayoría de los principiantes en jardinería como para los que cultivan orquídeas. Sin embargo, se cree que hay más de 20 000 especies de orquídeas; es decir, 2 veces la cantidad de especies de pájaros existentes y 4 veces la cantidad de especies de mamíferos. Literalmente hay casi una orquídea para cada tipo de persona.
Quizás el tipo de orquídea más común encontrada a la venta incluye la Phalaenopsis, la Dendrobium y la Oncidium. La Phalaenopsis es conocida como la "orquídea mariposa" y es extremadamente popular entre los cultivadores principiantes; el género Dendrobium contiene alrededor de 1200 especies de orquídeas y es la epífita clásica de las orquídeas. Las Oncidiums se caracterizan por los tallos en forma de ala y una parte callosa en el labio o pétalo inferior de la flor.
Los distintos géneros de orquídeas tienen diferentes condiciones ideales de humedad, temperatura, programa de riego y requisitos de luz. Habla con el vivero de tu localidad o visita una asociación de orquídeas local para saber qué es lo que hace crecer mejor a tu tipo de orquídea.

Elige el tipo adecuado de sustrato para tus orquídeas. Algunos principiantes en el cultivo de orquídeas cometen el error de pensar que las orquídeas necesitan estar en una maceta con tierra o sustrato al igual que las demás flores, de modo que optar por usar tierra para macetas. Esto sería un grave error. La mayoría de las raíces de las orquídeas necesitan mucho más aire que el que les proporcionaría la tierra para macetas, por lo que se benefician de una mezcla más suelta y más porosa. 
Muchas personas usan corteza triturada, musgo de turbera (esfagno), cáscara de coco, carbón vegetal y perlita, e incluso espuma de poliestireno como preparado para macetas, y en ocasiones una combinación de todos ellos. Prueba con unas mezclas porosas y transpirables que tengas a mano o pídele a un experto que te dé su receta especial.

Prueba un sustrato para macetas o una combinación de varias tierras diferentes. Para simplificar, puedes preparar dos tipos básicos de sustratos para macetas que le irán muy bien a la mayoría de los tipos de orquídeas.
Haz una mezcla de sustrato fino, la cual es adecuada para las orquídeas zapatito, la mayoría de las oncidiums (dama danzante), las miltonias (trinitarias) y las orquídeas con raíces pequeñas que disfrutan de la humedad más que la gran mayoría:

4 partes de grano fino de corteza de abeto o de cáscara de coco
1 parte de grano fino de carbón vegetal
1 parte de perlita
Haz un mezcla de sustrato medio, la cual es adecuada para las Cattleya, las Phalaenopsis y otras orquídeas maduras. Si no estás seguro de qué mezcla usar, prueba con una de sustrato grueso antes de usar una hecha de sustrato fino:
4 partes de grano medio de corteza de abeto o cáscara de coco
1 parte de grano medio de carbón vegetal
1 parte de perlita
A menos que tu orquídea sea una planta grande, elige un tiesto para tu orquídea. Muchas orquídeas están a gusto teniendo sus raíces enredadas dentro. Elige una maceta pequeña para poner dentro tu orquídea, asegurándote de que la maceta tenga muchos agujeros para que se drene el agua. Recuerda que malo regar a la orquídea con mucha frecuencia. Algunas orquídeas, como la Cymbidium, necesitarán macetas más grandes para acomodar sus grandes sistemas de raíces. Los siguientes tipos de macetas son una mejor alternativa que los tiestos de barro tradicionales (los cuales son perfectamente aceptables):
Macetas de rejilla, las cuales tienen mallas metálicas y proporcionan un entorno transpirable. Se pueden colgar en lugares adecuados para recibir mejor la luz solar.
Macetas de plástico transparente, las raíces pueden recibir mejor la luz solar. Estos permiten que el cultivador revise el sistema de raíces sin molestar a la orquídea.
Macetas de madera, las cuales se fabrican con madera resistente a la putrefacción. Coloca en cualquier maceta de madera una capa de musgo antes de añadir la mezcla de sustrato.
Ten paciencia si quieres propagar las semillas. Asegúrate de esterilizar tus manos y el ambiente. Esparce unas cuantas semillas justo por debajo de la superficie de la maceta. Si es necesario, añade fertilizantes que no dañen el medio ambiente. No olvides usar la mejor tierra disponible.

Planta tu orquídea en una maceta. Saca la orquídea de su maceta original y asegúrate de cortar cualquier raíz muerta o podrida. Si es necesario, antes de poner la planta en su maceta, divide las raíces en varias secciones diferentes. Coloca la sección más madura contra la pared de la maceta. Añade ligeramente la mezcla de sustrato, cubriendo apenas el sistema de raíces.

Conoce el momento adecuado para trasplantar tus orquídeas. Según el tipo de orquídea, es mejor trasplantarlas:
Anualmente: la Dendrobium, la Miltonia, la Paphiopedilum y la Phalaenopsis (y las híbridas).
Cada dos años: la Cattleya, la Dendrobium, la Oncidium y laOdontoglossum (y las híbridas).
Una vez cada tres años: la Vanda, la Cymbidium.
Asegúrate de que tus orquídeas tengan suficiente luz solar, pero no demasiada.Muchas orquídeas disfrutan de la luz solar indirecta. La luz solar directa las quema, pero si no tienen suficiente la planta no dará flores.
Revisa las hojas de tu orquídea si quieres ver si recibe mucha o poca luz. Si está sana, las hojas de la orquídea deben ser de color verde claro uniforme. Si las hojas están verde oscuro, significa que la orquídea tiene suficiente luz. Si las hojas están amarillas, marrones o rojizas significa que les dio demasiada luz. 
Las orquídeas que necesitan luz baja (como la Paphiopedilum, la Phalaenopsis y la Oncidium) están mejor si reciben luz del norte o del este. Las orquídeas que necesitan luz fuerte (como la Cattleya, la Dendrobium y la Vanda) prefieren recibir la luz del oeste y del sur.
A las orquídeas les encanta estar detrás de las cortinas y de las persianas. De esta manera, pueden recibir mucha luz, pero lo hacen de manera indirecta.

Riega tus orquídeas una vez cada 5 a 12 días. Es más fácil matar a una orquídea por regarla con demasiada frecuencia que por hacerlo demasiado poco. Durante los meses de verano, en los cuales los días son más largos y más calientes, podrías regarla más a menudo.
Mantén húmedas (pero no empapadas) a las orquídeas de los siguientes tipos: la Paphiopedilum, la Miltonia, la Cymbidium y la Odontoglossum.
Mantén húmedas las orquídeas de los siguientes tipos durante su época de crecimiento, pero deja que sequen antes de volver a regarlas: la Cattleya, la Oncidium, la Brassia, y la Dendrobium.
Deja que las orquídeas de los siguientes tipos se sequen antes de volver a regarlas: la Phalaenopsis, la Vanda y la Ascocenda.

Cuida de las orquídeas diligentemente. Las orquídeas requieren mucha más atención que tus plantas y flores comunes. Mientras más gruesas sean las hojas, será más probable que la planta requiera una dosis mayor de agua. Si tienes una orquídea de bulbos voluminosos, lo mejor es que tenga poca agua. En la mayoría de las ocasiones, las orquídeas no son resistentes, pero lo son en lo concerniente a su consumo de agua. Una vez más, realmente afrontan mejor la falta de agua que una cantidad innecesaria de esta.


Comprende que cada orquídea es diferente. Cada brizna de una orquídea posee unas normas de cuidado y necesidades diferentes. Ninguna orquídea es igual; todas requieren una temperatura, luz y programa de riego diferente. Así que cuando quieras cultivar una orquídea, deberás amoldarte a ella cuando crezca.

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