PACIENTEMENTE ESPERÉ A JEHOVÁ, Y SE INCLINÓ A MI...





Sal 40:1
Al músico principal. Salmo de David.

Pacientemente esperé a Jehová,
Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.
Sal 40:2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Sal 40:3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.
Sal 40:4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.
Sal 40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.
Sal 40:6 Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.
Sal 40:7 Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;
Sal 40:8 El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.
Sal 40:9 He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.
Sal 40:10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.
Sal 40:11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
Sal 40:12 Porque me han rodeado males sin número;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Sal 40:13 Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.
Sal 40:14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean;
Sal 40:15 Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: ¡Ea, ea!
Sal 40:16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.
Sal 40:17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.

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